La ola

Hoy llega a la pantalla del Social Antzokia una de las sorpresas cinematográficas de la temporadas, la película alemana "La ola", film que permanecerá en Basauri hasta el próximo miércoles, 14 de enero. Publicamos a continuación una crítica aparecida en www.notodo.com.

"El escritor estadounidense Morton Rhue en su libro homónimo, publicado en 1981, narra los acontecimientos que tuvieron lugar en 1967 en un instituto de Palo Alto, California. Dennis Gansel (Hannover, 1973) recoge ahora el testigo: nos muestra La Ola en formato película y traslada los hechos a la Alemania actual. La pregunta clave es: ¿sería posible la vuelta del Tercer Reich hoy en día? El miedo, ya saben, nos mantiene alerta. La Ola nos habla sobre el inusual experimento de un profesor de instituto, interpretado por un Jürgen Vogel (La suerte de Emma) en estado de gracia (menos mal que su interpretación se aleja del histriónico Robin Williams), en su afán por enseñar a sus alumnos cómo es la vida bajo una dictadura. Para ello, impone un régimen de estricta disciplina en clase, restringiendo la libertad de sus alumnos y haciendo de ellos una unidad. El nombre del movimiento es, cómo no, La Ola. Lo que empieza siendo un mero ejercicio educativo adquiere vida propia y arremete contra todo aquel que se interpone en su férreo y endogámico camino. El sentimiento de unidad, de pertenencia a un grupo, deja atrás las inseguridades personales y nos hace invencibles (son los archiconocidos caldos de cultivo de cualquier ideología). Ya nos lo advertía (explicaba) Erich Fromm en su libro Miedo a la libertad.

El realizador y guionista germano Dennis Gansel recurre de nuevo al fascismo como eje temático para uno de sus trabajos. Recuerden su anterior Before the Fall (Napola), la historia sobre una academia de élite nazi. En este caso, lo que podría haberse quedado en el típico esquema “profesor ‘cool’ vs alumnos rebeldes-desencantados de la vida a los que redimir” (léase El club de los poetas muertos) toma aquí una dimensión diferente con el nacionalsocialismo como trasfondo. El resultado es prometedor (veremos qué nos depara el futuro del realizador) e inquietante, aunque obvia y algo estereotipada en su planteamiento casi desde el principio. De todos modos, ya saben lo que se dice, conocer la Historia para no repetirla. ¿Es así de fácil? Vayan al cine y reflexionen. La película no es la quintaesencia, pero ayuda a la conexión interneuronal. Y con eso basta".