Habla Boyero
Cómo nos hicimos eco en este blog, el pasado sábado un grupo de personas, entre las que se encontraban los cineastas Víctor Erice y José Luis Guerín, censuraba en una carta en El País la actitud de su crítico, Carlos Boyero, en el último Festival de Venecia, en especial su "animadversión" al cine de Kiarostami (publicamos foto). Hoy, en su chat habitual en el periódico, Carlos Boyero habla sobre este asunto:
Buenos días. En El País del sábado pasado hubo una carta al director donde se le criticaba con dureza. Se decía que tachaba de cursis, etc., a quien no estaba de acuerdo con usted (en concreto era sobre las películas menos conocidas o más "experimentales") y, en suma, que el periódico debía aclarar su posición "oficial", por si fuera diferente de la de su crítico ¿qué piensa de esto? ¿le han echado alguna bronca? Gracias.
¿Se refiere usted a la conjura de los necios? Le he dedicado escasos minutos a la famosa carta. Entre otras cosas porque la personalidad del 95% de los firmantes, según ellos pertenecientes al ámbito cinematográfico, me resulta absolutamente desconocida. Y los que me suenan solo me inspiran esa sensación tan poco cristiana del desprecio. Durante toda mi vida profesional he tenido multitud de enemigos, pero al menos, sabía quienes eran y a que se dedicaban. Cuánto esfuerzo el de Víctor Erice, ese juglar de los membrillos, y de José Luis Guerín, uno que fotografía durante dos horas la ciudad de Estrasburgo y se empeña, inútilmente, en que eso es una película artística, para convocar a sus ortodoxos mariachis. Me siento como Gulliver en el país de los enanos.
¿Se refiere usted a la conjura de los necios? Le he dedicado escasos minutos a la famosa carta. Entre otras cosas porque la personalidad del 95% de los firmantes, según ellos pertenecientes al ámbito cinematográfico, me resulta absolutamente desconocida. Y los que me suenan solo me inspiran esa sensación tan poco cristiana del desprecio. Durante toda mi vida profesional he tenido multitud de enemigos, pero al menos, sabía quienes eran y a que se dedicaban. Cuánto esfuerzo el de Víctor Erice, ese juglar de los membrillos, y de José Luis Guerín, uno que fotografía durante dos horas la ciudad de Estrasburgo y se empeña, inútilmente, en que eso es una película artística, para convocar a sus ortodoxos mariachis. Me siento como Gulliver en el país de los enanos.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio