Dejad de quererme

"En la mayor parte de sus últimos títulos, Jean Becker ha orientado su juvenil inclinación por el polar hacia una dimensión entre nostálgica y contemplativa, un poco como si la vida le hubiera dado más de una coz y se propusiera hablar, en términos más amables de lo que parece, del verdadero sentido del vivir. Su última criatura va también de eso: lo que comienza siendo una situación insólita (un creativo publicitario deja su empresa, abandona a su mujer y a sus hijos y les canta cuatro verdades a sus amigos), acaba desvelando, en un sorprendente giro de guión, una realidad desconocida por el espectador, y que le hace reubicarse con respecto a lo hasta entonces visto. Lo mejor, para este curtido cronista, no es más que ese giro; y que Becker se arriesgue, en estos tiempos descreídos, por apostar por el melodrama sin ambages. El film gustará a los amantes de cierto cine intemporal que no oculta sus intenciones; por supuesto, posmodernos abstenerse".
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