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jueves, 13 de noviembre de 2008

"Camino", según Alex de la Iglesia

Este fin de semana, viernes y domingo, así como el próximo lunes, martes y miércoles, el Social Antzokia acoge la proyección de la película "Camino", dirigida por Javier Fesser. Antes de triunfar en la comedia, el director de "El milagro de P Tinto" ya tenía en mente la historia de la canonización de Alexia, la hija de una familia perteneciente al Opus Dei que falleció a los 14 años y que inspira 'Camino', un filme con el que, según Fesser, "no hace un diagnóstico, sino una radiografía".

Alex de la Iglesia escribió en su blog un texto sobre el impacto que le causó la visión de esta película. Por su interés, lo publicamos a continuación.
"Sabado por la mañana. Puedo sentarme unos minutos y escribir algo.Me gustaría contaros que fui al estreno de la película de Javi, CAMINO, y quería hablaros de lo que he sentido al verla. Yo no soy un crítico. No voy a explicaros porqué me parece una obra maestra. Para eso hay gente que se dedica a ello. A mi no me interesa analizar, me interesa sentir. Sólo hablo de cine cuando lo necesito, como ahora.Pocas veces he salido de una proyección tan sobrecogido, abrumado y aterrado en una película. La mezcla de dolor, rabia y exquisita ternura de CAMINO todavía me pone los pelos de punta y me hace llorar. Hace mucho tiempo que no he visto nada tan impactante. Han pasado tres días y todavía sigo pensando en ella, y los planos no se me van de la cabeza. No puedo olvidar ese enorme agujero en el mar, al lado de la playa, ese maesltröm hacia el infierno. No puedo olvidar al ángel del amor y la venganza que persigue a la niña. Javier está lleno de furia, dulzura y un dolor infinito, y no lo sabía. Ver CAMINO es recibir un puñetazo en el corazón que te corta la respiración y te derrumba. Intento estructurar el discurso pero me cuesta, porque sólo tengo delante emociones e imágenes, personajes inolvidables: el padre de la niña, magistralmente interpretado por Mariano. Qué delicia de personaje perfecto, débil, incapaz de enfrentarse a su mujer, porque la quiere y la comprende, en su dolor y en su locura. Qué increíblemente brillante el momento en que Mariano entra en la pastelería y reconoce al niño que ha enamorado a su hija. Cuando ves la carta de amor en el asiento del copiloto, y descubres en el contraplano a Mariano, feliz...Imagino que es una película dura para mucha gente. Excesiva, dirán. Pero es que javier está hablando de la vida, y la vida sí que es excesiva. la vida es excesiva, injusta y demencial, y negarlo es un camino directo hacia la mentira, el sufrimiento y la estupidez. Todo lo que cuenta es real, y lo que sale de su imaginación es aún más real. Si te acercas a la vida de verdad hay que tener el valor de no querer resultar verosímil. Javier tiene una valentía enorme rodando esta película sin red, como él mismo dice, y hacerla como hay que hacerla: desde lo más profundo de su talento visual e imaginario. Ese es el tremendo hallazgo, descubrir el mundo a partir de la cabeza de la niña, y ahí sólo puede estar Fesser. Por otro lado, si quieres hablar de la enfermedad y de la muerte, y quieres que el espectador entienda y viva de cerca que sólo somos un trozo de carne en manos de unos cirujanos, tienes que rodar como él ha rodado. La crudeza de las imágenes me duelen como si me estuvieran operando a mí mismo. El que ha sufrido un cáncer en su familia lo sabe, lo sufre y lo comprende. Qué terrible cuando los cirujanos hablan de la moto que se quieren comprar, al mismo tiempo que manipulan el cuerpo inerte de la niña. Es terrible pero comprensible, y sobre todo, humano. Javier no juzga, explica. Javier se queja, como debemos hacer: quejarnos y rebelarnos, para no volvernos locos ante el dolor.Fesser dice que el camino auténtico es el camino del amor, y el que se sale de él, se tuerce. El Opus aplaudiría eso. Esa es la clave cínica y retorcida de la mecánica de la película, que con su fuerza atronadora arrolla a los que intentan salirse de ella. Es que resulta que la cosas no encajan, y para hacer que encajen y que huelan bien, hay que mentir muchísimo. Eso precisamente es lo que provoca la locura en los personajes, ése es el motor que genera contradicciones y sufrimiento en la narración. El auténtico paraíso se encuentra en la imaginación y los deseos infantiles, en la absurda y maravillosa ilusión de un mundo de niños. Ahí se hallan la ternura y el amor sobrenaturales, que otros se empeñan en buscar en un más allá inalcanzable. Los deseos insatisfechos generan dolor y enfermedad. Cuando uno rechaza el amor y la felicidad en la tierra, no tiene más remedio que buscarlo fuera. Vivir una enorme y terrorífica mentira. Más allá no hay nada, nos muestra la cámara de super 8 del padre: sólo un sillón vacío.Siento un instinto de venganza ante ese engaño, y lo comparto. En este país hemos vivido, -y lo seguimos haciendo- rodeados por una dictadura mental, introducida en nuestros cerebros con bisturí. A mí todo me toca muy de cerca, todo me implica, me acojona y me conmueve en esta película. El bien y el mal, el dolor, la muerte, el amor y el pecado son conceptos que se ahogan en un fango miserable, que se retuercen en nuestras cabezas, se confunden formando un monstruo que nos ahoga por las noches, y nos quita el sueño. Yo creo que los personajes que ahogan a Camino en su afán desesperado por respirar existen, y son tal y como los ha contado Fesser. No son ni buenos ni malos, viven su mentira con ardor, y arrastran a los demás a su infierno, como un agujero negro en medio de la playa. Quizá no sean conscientes del dolor que generan, pero deberían ver la película. Verse desde fuera.Eso se puede contar de muchas maneras, pero pocas tan bonitas como la de Fesser. Hace mucho tiempo que no veía una película tan bien rodada y tan bien producida. Qué fuerte".

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Impresionan las palabras de Alex de la Iglesia, una persona que no pienso que sea muy dada a las exageraciones. Habrá que ver "Camino", aunque a mi en un principio me echaba un poco para atrás. ¡No soporto las películas con niños!

13 de noviembre de 2008, 5:17

 

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