El próximo viernes, 18 de julio, llega al
Social Antzokia "El incidente", una de las películas de la temporada. Publicamos una entrevista de Juan Sardá con su director aparecida en
El Cultural.
A los 29 años, M. Night Shyamalan se convertía en uno de los directores más importantes del mundo gracias a su tercera película, El sexto sentido. Aquel thriller con elementos sobrenaturales no sólo arrasaba en la taquilla mundial, también lograba seis nominaciones al Oscar y elogios unánimes de la crítica. Casi una década después, Shyamalan ha desarrollado una carrera marcada por hitos como El protegido (2000), Señales (2002), El bosque (2004) y la reciente La joven del agua (2005). Ahora, con El incidente regresa al género apocalíptico para contar la historia de una atípica familia que huye de un misterioso mal que provoca que la gente se suicide. El cineasta nos avanza las líneas maestras de su nueva película. El viernes 6 de agosto de 1999, ante el estreno de El sexto sentido, el New York Times le dedicaba un cuarto de página a la película. Con tono disciplente, el crítico Stephen Holden la comparaba con el anterior filme de Shyamalan, Wide Awake (“también protagonizada por un hombre que busca a Dios en las calles de Filadelfia”) para concluir que sólo la presencia de Bruce Willis “permite aventurar que aguantará más tiempo en cartelera”. En marzo del año siguiente, cuando era nominado a sendos Oscar por el guión y la dirección, en una entrevista a doble página se le saludaba como el realizador de un filme “de género con verdadera emoción”. Pocas veces un cineasta ha podido probar en tan corto espacio de tiempo el dulce sabor de la venganza. Hoy nadie duda que El sexto sentido es una de las grandes películas de los 90, y la imagen del niño que ve a los muertos forma parte del imaginario popular. Nueve años después, Shyamalan aparece jovial y sonriente en una suite del hotel Ritz. Desde entonces, han pasado muchas cosas. Como su publicitada ruptura con Disney a raíz de su desacuerdo con lo que se acabaría convirtiendo en La joven del agua, una película que no funcionó en Estados Unidos pero que obtuvo un gran éxito en Europa. Entonces, Shyamalan, obsesionado con mantener el control creativo, se pasó a Warner. Ahora, recala en Fox y los maledicentes habituales dicen que si El incidente, el filme que está promocionando, es un fracaso se acabó su carrera. Con un presupuesto de decenas de millones de dólares y Mark Walhberg al frente del reparto, este thriller apocalíptico es una de las apuestas comerciales y artísticas más fuertes del cine estadounidense de la temporada. Pero el buen humor de este cineasta de origen indio está hecho a prueba de bomba. – Hace pocos días mi hija me preguntaba si me daba pereza recorrer el mundo hablando de la película. Le dije que a mí me pagaban para hacer promoción porque las películas yo las haría gratis. La verdad es que resulta un fastidio andar analizando todo el día el trabajo de uno. A mí me gustaría que la gente viera el filme y sacara sus propias conclusiones. Pero no tengo más remedio...
El enemigo invisible– De todos modos, todo el mundo asume que usted es uno de los pocos genuinos “autores” que quedan en Hollywood. Eso le convertiría en el más indicado para tener las claves de la película. – Lo interesante es que me obliga a plantearme mis propias decisiones. Muchos periodistas me preguntan: ¿Por qué pusiste amarillo allí? Y yo no lo sé de una forma consciente. Hasta cierto punto, es un ejercicio necesario. Concibo al director como un músico que sólo es capaz de percibir unas determindas notas. Pero una película la hace mucha gente que percibe otras y el resultado acaba siendo lo que la gente ve, que es una mezcla de distintas voces. Mantengo el derecho al “final cut”, pero eso no me convierte en el único hacedor. El cine es un trabajo colectivo. – El incidente guarda muchos paralelismos con Señales, uno de sus grandes éxitos de taquilla. Por ejemplo, el advenimiento del final del mundo. Sólo que allí el monstruo sí era visible. – Acabamos mostrando a los extraterrestres en contra de mi criterio, o más bien a pesar. En los primeros borradores del guión no se contemplaba que se les viera y, de hecho, sólo aparecen al final y de una forma muy sesgada. En realidad, prefiero que el villano jamás aparezca de una forma física como sucede en El incidente. Me gusta jugar con la imaginación de la gente. Recuerdo que de muy pequeño comencé a escribir un cuaderno al que pomposamente llamaba Director’s handbook (“cuaderno del director”) y respecto a la primera parte de Alien ya me impresionó que el bicho no saliera hasta el final. Esa progresión ya me dejó fascinado de chaval. – Los protagonistas de Señales y El incidente son aparentemente muy distintos. Mel Gibson, en la primera, era un hombre religioso. Ahora, Wahlberg es un científico. – Sí, pero el primero se comportaba de una forma racional y el segundo admite una posibilidad para lo desconocido. En Señales, Gibson no quiere creer en teorías sobrenaturales si no las ve. Al final, acaba dándose cuenta de que hay cosas que superan su imaginación y sus expectativas. En cambio, el personaje de Walhberg ya parte de la base de que la ciencia no puede explicarlo todo. En realidad, la conclusión es la misma, ni la religión ni la ciencia pueden evitar ese margen que existe para lo inexplicable. En el caso de El incidente la pregunta es si hay un poder mayor que nos observa y nos juzga. Eso puede explicarse mediante Dios en el sentido tradicional o podemos concebirlo como una fuerza que va más allá de nosotros. – En todas sus películas lo concreto y lo universal se dan la mano. Al mismo tiempo, en El incidente tenemos a una pareja luchando por superar sus diferencias. – Desde el primer momento nos preguntamos si el personaje de la mujer de Wahlberg (Zooey Dechanel) va a superar su incapacidad para expresar las emociones. Las situaciones catastróficas tienen la facultad de transformar a las personas y revelar su verdadero yo. Desde mi punto de vista, el proceso de la verdadera madurez empieza por la inocencia, continúa con el realismo, pasa por el cinismo para volver finalmente a la inocencia de partida. Para mí, la inocencia es el punto más álgido de la fortaleza. Es el mismo camino de Einstein.
Ecologismo esotéricoSin duda, la trama de El incidente (un mal devastador y desconocido ataca a la humanidad provocando el pánico) se presta a las más diversas interpretaciones. En la línea de filmes recientes, como The Host (de Bong Joon Ho) o la aún en cartel La niebla, hay quienes han querido ver una metáfora del mundo post 11-S. Otros, han interpretado que se trata de una venganza de la naturaleza por el maltrato a que la sometemos. Pero Shyamalan prefiere escurrir el bulto en pos de esa deseada interpretación personal del espectador. – Desde luego, el género apocalíptico tiene mucho más sentido tras los atentados de Nueva York. Hace diez años, hubiera sido mucho más difícil vender un proyecto como éste. Pero estamos viendo cosas nuevas que indican un cambio de ciclo. Hasta hace muy poco tiempo, jamás hubiera imaginado que un negro pudiera ser presidente de Estados Unidos y Obama lo será. Empieza una nueva era.